En el Día Mundial de la Seguridad y Salud, que se conmemora cada año el 28 de abril, nos preguntamos por los retos y oportunidades de la inteligencia artificial para la prevención de los riesgos laborales.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) conmemora anualmente el 28 de abril el Día Mundial de la Seguridad y Salud. Para ello, este año ha lanzado la campaña “Revolucionar la salud y la seguridad con la IA y la digitalización en el trabajo” sobre cómo las nuevas tecnologías están transformando la seguridad y salud en el trabajo. La OIT se centra así, en 2025, en analizar en qué medida la digitalización puede mejorar la seguridad y salud en el trabajo, y cómo la aparición de los sistemas digitales de seguridad puede revolucionar este campo.
Para la OIT, las nuevas tecnologías están transformando esta área mediante la automatización de tareas o la creación de sistemas de supervisión. La aparición de estos sistemas influye en la gestión y la mejora de la salud y la seguridad de los trabajadores, así como en la naturaleza, la ubicación y la organización del trabajo.
Cabe, pues, preguntarse si la inteligencia artificial (IA) puede utilizarse para las tareas preventivas más básicas, el desarrollo predictivo y el diseño de entornos más seguros, e, incluso, para la evaluación de riesgos laborales o para la formación.
No existe una traba legal que impida el uso de la IA para el cumplimiento de las obligaciones legales de prevención de riesgos laborales y resulta particularmente útil para las que requieren de un conocimiento técnico: el personal técnico de prevención puede apoyarse en las herramientas que ofrece la IA para identificar riesgos y evaluarlos.
Para cumplir con la obligación de formación de la plantilla en materia de prevención, establecida en el artículo 19 de la Ley 31/1995, de Prevención de Riesgos Laborales, según el cual dicha formación debe ser suficiente y adecuada, la IA podría resultar valiosa para que el personal técnico correspondiente pueda definir su contenido, adaptado a las necesidades de cada empresa.
Además de estos usos, la IA permite diseñar nuevos sistemas digitales de seguridad para los equipos de trabajo. La Agencia Europea para la Seguridad y Salud ha definido estos sistemas como aquellos que utilizan tecnologías digitales para recopilar y analizar datos con los que identificar y evaluar riesgos, prevenir y/o minimizar daños, y promover la seguridad y salud en el trabajo. Por ejemplo, aplicado a las carretillas elevadoras, existen herramientas de IA que pueden predecir su trayectoria e identificar posibles peatones con los que podrían colisionar, evitando un potencial accidente.
La aparición de estos sistemas está cambiando el lugar de trabajo, pues permiten reconocer y medir los datos de una manera sistemática, exhaustiva y más precisa, y, con ello, pueden ayudar a reducir la exposición de los trabajadores a riesgos laborales.
En este contexto, la Agencia Europea para la Seguridad y Salud ha venido analizando los retos y oportunidades de estos sistemas para la prevención de riesgos laborales, y, en concreto, activó una campaña denominada “Trabajos seguros y saludables en la era digital 2023-2025”, bajo la que ha publicado diversos informes al respecto, así como guías para la implementación de estos sistemas buscando mejorar la seguridad y salud en el trabajo. En concreto, en su informe de finales del año 2024 en el que analizó estos sistemas —teniendo en cuenta los trabajadores con necesidades específicas (envejecimiento, diversidad e inclusión en la plantilla, personas solitarias o sin experiencia) y la aparición del teletrabajo—, esta agencia concluyó que los nuevos sistemas de supervisión forman parte de la solución, pero es necesario contar con los profesionales de la seguridad y salud en el trabajo y fomentar la implicación de los trabajadores.
La IA, por tanto, como en otros ámbitos, es una buena herramienta en la que las empresas pueden apoyarse para cumplir con sus obligaciones de prevención de riesgos laborales, pero no sustituye la labor de los profesionales de la seguridad y salud ni el imprescindible trabajo de formación de la plantilla para que esta pueda implicarse más. Además, los marcos jurídicos y políticos que regulan estos ámbitos deben seguir el ritmo de la rápida evolución de las herramientas digitales y las repercusiones de su uso en el lugar de trabajo para evaluar mejor el impacto de la digitalización en los derechos de los trabajadores, las condiciones de trabajo, y la seguridad y salud en el trabajo.
Rosario Rodríguez de la Morena