En España hay unos 37 millones de desplazamientos de ida y vuelta al trabajo en un día laborable medio. La Ley de Economía Sostenible contempla el desarrollo de planes de transporte de empresas con el objetivo de promover modos menos contaminantes para la movilidad de los trabajadores. Con motivo del Día Mundial de la Bicicleta, este 3 de junio, y el Día Mundial del Medio Ambiente, el 5 de junio, analizamos el papel que pueden jugar las empresas en favor de la movilidad sostenible.
En España, según el Observatorio de Transportes y Logística, de 445.388 millones de viajeros-km en 2019, casi el 85% han sido desplazamientos por carretera. Según la Encuesta de movilidad de las personas residentes en España 2006-07 (Movilia), aproximadamente, el número de desplazamientos de ida y vuelta al trabajo, en un día laborable medio, representa unos 37 millones sobre un total de 123 millones de desplazamientos. El estudio del proyecto europeo E-Cosmos, en el año 2010, analizó la distribución de los trayectos casa-trabajo en España, Italia, Alemania y Bélgica, y concluyó que un 63% de los trayectos casa-trabajo se realizaban en coche (con un solo pasajero), un 13% en transporte público y un 20% a pie o en bicicleta.
Esta distribución modal de los desplazamientos por motivos laborales explica por qué la crisis sanitaria derivada del COVID-2019 ha implicado una reducción histórica de las emisiones de CO₂ a lo largo del año 2020. El informe Emissions Gap Report 2020, publicado por la ONU, estima que en el 2020 hubo una disminución del 7% en las emisiones de CO₂ respecto al año 2019. Sin embargo, se prevé que las emisiones aumenten de nuevo tras la crisis motivada por el COVID-2019 entre otros factores, por la movilidad laboral.
La movilidad laboral sostenible trata de satisfacer las necesidades de la sociedad de moverse libremente, sin sacrificar otros valores humanos y/o ecológicos esenciales. Hay que tener en cuenta que la movilidad laboral no solo incluye la incorporación al centro de trabajo, sino todos aquellos desplazamientos que se producen en la prestación de servicios del trabajador y la vuelta a su domicilio.
En nuestro país, la Ley 2/2011, de 4 de marzo, de Economía Sostenible, dedica su Capítulo III al transporte y la movilidad sostenible. La ley contempla los Planes de Movilidad Sostenible como un conjunto de actuaciones que tienen como objetivo la implantación de formas de desplazamiento más sostenibles, priorizando la reducción del transporte individual en beneficio de los sistemas colectivos y desarrollando aquéllos que hagan compatibles crecimiento económico, cohesión social, seguridad vial y defensa del medio ambiente.
En este ámbito las empresas también tienen que asumir su papel, contemplando el artículo 103 de la ley el desarrollo de planes de transporte de empresas, con vistas a reducir el uso del automóvil y promover modos menos contaminantes en los desplazamientos de los trabajadores. Se prevé incluso que se promueva la adopción de planes mancomunados para empresas que compartan un mismo centro o edificio o que desarrollen su actividad en un mismo parque o recinto, así como la designación de un coordinador de movilidad en empresas con más de 400 trabajadores.
Estos planes de transporte tienen carácter voluntario para las empresas, por ello dependen, en gran medida, del compromiso de las compañías con la sostenibilidad, como parte de la responsabilidad social corporativa.
Es el momento de que todos los operadores, administraciones, empresas y particulares, tomen conciencia de las consecuencias que para la tierra y sus habitantes tiene este gesto diario de los trabajadores al desplazarse por motivos laborales.
Preocupación a nivel internacional
Según la ONU, aproximadamente la mitad de la población mundial vive en las ciudades y se prevé que en el año 2030 esta cifra aumente hasta los 5.000 millones de habitantes. Esta concentración representa entre el 60% y el 80% del consumo total de energía y el 75% de las emisiones de carbono, mientras que las ciudades ocupan, solamente, el 3% de la superficie de la tierra. En este contexto, el concepto de movilidad sostenible ocupa un lugar relevante.
Esta situación ocupa y preocupa a la gran mayoría de las organizaciones internacionales, entre ellas a la ONU, que en el año 2015 aprobó la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible. 193 países, entre ellos España, se comprometieron con los objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030.
Entre los 17 objetivos de la Agenda 2030, el número 11 se refiere a las ciudades sostenibles, incluyendo, entre otras metas: (i) proporcionar acceso a sistemas de transporte seguros, asequibles, accesibles y sostenibles para todos, así como (ii) reducir el impacto ambiental negativo per cápita de las ciudades, prestando especial atención a la calidad del aire.
Departamento Laboral de Garrigues