Con motivo del Día Mundial de Seguridad y Salud en el Trabajo, repasamos algunos desafíos que plantea la prevención de riesgos laborales y su regulación, como, por ejemplo, lograr su verdadera integración en la gestión de la empresa, el marco de responsabilidades empresariales, la toma en consideración de diferentes tipologías de empresas o el estatuto jurídico preventivo de los trabajadores autónomos.
Desde el año 2003, la Organización Internacional del Trabajo celebra cada 28 de abril el Día Mundial de Seguridad y Salud en el Trabajo. Se pretende promover así la prevención de los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales en todo el mundo. En España, la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL) cumplirá 30 años a finales de 2025 y se encuentra en proceso de actualización y revisión por parte del Ministerio de Trabajo y Economía Social y los agentes sociales. Esta ley supuso importantes avances en la seguridad y la salud laboral, pero existe espacio de mejora.
El año 1995 marcó en España un punto de inflexión en la protección de la seguridad y la salud en el trabajo. La LPRL traspuso la Directiva 89/391/CEE, de 12 de junio de 1989, relativa a la aplicación de medidas para promover la mejora de la seguridad y de la salud de los trabajadores en el trabajo, que pretendía una necesaria armonización en la materia en el entorno europeo, y contribuir a la mejora de las condiciones de seguridad y salud en el trabajo.
En el tiempo transcurrido desde su promulgación en 1995, se han producido significativos avances desde el punto de vista de la reducción de los índices de siniestralidad laboral, la concienciación social, la educación y formación en seguridad, salud y bienestar en el trabajo y la implicación de los poderes públicos y agentes sociales, entre otros.
Sin embargo, la LPRL no ha alcanzado uno de los principales objetivos que perseguía: la verdadera integración de la prevención de riesgos laborales en el sistema general de gestión de la empresa. En efecto, muchas empresas siguen reduciendo dicha actividad al mero cumplimiento de una serie de obligaciones formales o documentales. Aún existe la creencia generalizada entre las empresas de que la prevención de riesgos laborales debe ser gestionada de forma externa desde un servicio de prevención ajeno o derivar dicha gestión al servicio de prevención propio, con el principal objetivo de cumplir con el marco legal y evitar sanciones.
Entre otros aspectos de la regulación que han sido objeto de crítica, cabría destacar: el complejo sistema de responsabilidades empresariales que establece; los problemas derivados de la aplicación a las pymes de una norma que se concibió de forma única para todo tipo de empresas y sectores, sin atender a las dificultades que pueden tener las empresas de menor tamaño en su cumplimiento; las deficiencias en la configuración del estatuto jurídico preventivo de los trabajadores autónomos; o la falta de adaptación a las nuevas realidades de un contexto económico y productivo en profunda y constante transformación, que conlleva la aparición de riesgos emergentes en el trabajo, derivados de factores como la globalización, la innovación técnica y las nuevas tecnologías, los cambios demográficos en la población, o las nuevas formas de empleo.
Tras el compromiso de actualización de la legislación de prevención de riesgos laborales, adquirido por el Ministerio de Empleo y Economía Social con ocasión de la aprobación el 23 de febrero de 2023 de la Estrategia Española de Seguridad y Salud en el Trabajo (EESST), la mesa de diálogo social ha establecido un calendario de trabajo para avanzar en una modificación normativa. En consonancia con los objetivos marcados por la EESST, se abordarán, entre otras cuestiones, la integración de la prevención de riesgos laborales en las pymes, la protección de los trabajadores frente a los riesgos psicosociales y la integración de la perspectiva de género y la diversidad generacional en la gestión preventiva de las empresas.
Se espera pues, con interés, la adaptación de la normativa de prevención de riesgos laborales al escenario actual del mercado de trabajo, tanto por la innegable importancia de la materia a abordar, como por la necesidad de seguir avanzando en la promoción de la cultura preventiva en las empresas y el fomento de entornos de trabajo seguros y saludables.